Un estudio a largo plazo muestra el rol del lenguaje para reducir los signos del autismo

Las dificultades sociales parecen disminuir a medida que los niños pequeños con autismo maduran al ser adultos jóvenes, tal vez debido en gran parte a las mejoras en la capacidad del lenguaje. Los investigadores presentaron ayer los resultados no publicados en la Reunión Internacional de 2017 para la Investigación del Autismo en San Francisco, California.

Sin embargo, los investigadores advierten que, los hallazgos no significan que estas personas ya no tengan autismo.

“Hay muchas ganas de hablar sobre la mejoría o disminución de la severidad, pero me preocupa un poco que eso pueda ser un poco engañoso”, dice Vanessa Hus Bal, profesora asistente de psiquiatría en la Universidad de California, San Francisco, quien presentó los hallazgos. “Estas personas continúan teniendo diagnósticos de autismo”.

Una de las limitantes del estudio es que se basa en evaluaciones de las características del autismo utilizando una prueba de diagnóstico desarrollada para niños. Esto resalta la necesidad de técnicas diseñadas específicamente para adultos, particularmente aquellos que tienen habilidades lingüísticas bien desarrolladas.

Bal dice: “Los síntomas que estamos usando para diagnosticar a los niños pueden no ser los mejores marcadores o signos del autismo en adultos, necesitamos identificar qué síntomas caracterizan el autismo en la adultez y desarrollar nuevos instrumentos”.

Evaluación de madurez:
Los investigadores exploraron cómo las características del autismo y las habilidades del lenguaje cambiaron con el tiempo en 140 participantes, casi todos diagnosticados con autismo a la edad de 2 años. Evaluaron a la mayoría de los mismos niños a las edades de 3, 5, 9 y 19 años.

El equipo dividió a los niños en tres grupos, aproximadamente del mismo tamaño en función de sus habilidades de lenguaje a los 3 y 19 años. Un grupo había demorado el lenguaje a los 3 y se mantuvo mínimamente verbal a los 19; el segundo grupo había demorado el lenguaje a los 3 años pero desarrolló el habla por los 19 años; el tercer grupo fue verbal en ambas edades.

Los investigadores analizaron las dificultades sociales y de comunicación de los niños en cada edad usando datos de Autism Diagnostic Interview-Revised, un conjunto de relatos de los padres. Observaron cómo la severidad de estas dificultades variaba con el tiempo en cada uno de los tres grupos.

En general las dificultades de comunicación social disminuyeron con la edad en el grupo de niños con habla fluida a la edad de 3 años. También disminuyeron en los niños que adquirieron el idioma por la edad de 19 años aunque a un ritmo más lento. Sin embargo, los problemas permanecieron relativamente estables en el grupo mínimamente verbal.

La capacidad del lenguaje afecta algunos aspectos de la comunicación social más que otros. Por ejemplo, los gestos comunicativos, como señalar y asentir, mejoran con la edad independientemente de la capacidad del lenguaje. Por el contrario, mostrar atención a los demás y mostrar tranquilidad mejora más con la edad en los que hablan que en los que no.

Los hallazgos sugieren que los investigadores deben tomar en cuenta los cambios en la capacidad del lenguaje al evaluar las características del autismo en las personas a medida que envejecen. El equipo de Bal está desarrollando un instrumento para evaluar los rasgos del autismo en adultos.

BIBLIOGRAFIA:

  1. Bal V.H. et al. Autism Res. Epub ahead of print (2018) PubMed

 



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