¿No te gusta la ciencia básica?
Algunas veces cuando se publican asuntos de ciencia básica en relación a los Trastornos del Espectro del Autismo, aparecen protestas: “más y más hipótesis”, “de qué nos sirve esto, quiero explicaciones concretas y útiles”, etc.
Es importante decir que la investigación en las ciencias naturales se dirige en dos grandes vertientes:
- La ciencia básica
- La ciencia aplicada
La investigación en ciencia aplicada es la que más fácilmente llega a nosotros con recomendaciones de tratamientos, resultados de estos tratamientos, etc. Es la que podríamos decir resulta “útil” para lo cotidiano. Aunque también nos sirve para descartar conocimientos o prácticas erróneas, de resultados equívocos, pobres o sin resultados.
La investigación en ciencia aplicada se nutre de la investigación en ciencia básica. La ciencia básica o ciencia pura es la que nos permite ahondar en la profundidad del conocimiento, avanza hacia los aspectos más elementales que expliquen determinados fenómenos. Va a la naturaleza más íntima de los hechos, sin esta investigación el sustento de la ciencia aplicada es poco, mínimo o nulo.
La realidad es que, nuestra mente científica (la de todos y cada uno), constantemente está observando y planteando hipótesis, somete esas posibles explicaciones a diversos tipos de procesos para verificar si aquello es real o no.La ciencia es lógica, razonable y ordenada.
¿Por qué hipótesis?
El punto de partida de todo el conocimiento científico es la “observación”. Esta conduce al planteamiento de posibles explicaciones para ese hecho observado (esto es lo que se llama hipótesis), estas explicaciones pueden ser verdaderas o falsas, también dudosas, pero requieren de un proceso para aceptarse o descartarse, a ese proceso se le llama experimentación y luego vendrá la formulación de teorías y divulgación del conocimiento. Todos estos procesos constituyen pasos del método científico, sin esta metodología nuestros conocimientos científicos serían muy superficiales o carentes de fundamento.
Es decir, observar y plantear hipótesis es fundamental para el avance de la ciencia. No hay ciencia sin ello.
La Teoría de la Generación Espontánea (arquebiosis o abiogénesis) sostenía que algunas formas de vida animal o vegetal surgían de manera espontánea de la materia orgánica e inorgánica. En la actualidad escuchar esta teoría probablemente provoque en nosotros una sonrisa, sin embargo, fue algo aceptado de manera universal hasta que algunos se atrevieron a plantear como hipótesis que esto no era así, se lanzaron a experimentar y demostrar, llevó su tiempo descartar la Teoría de la Generación Espontánea hasta que definitivamente se descartó gracias a los experimentos de Louis Pasteur a mediados del siglo XIX.
“Las criaturas como los piojos, las garrapatas, las pulgas y
los gusanos son nuestros miserable huéspedes y vecinos,
pero nacen de nuestras entrañas y excrementos…”
Jan Baptiste van Helmont (naturalista belga)
Francesco Redi (médico italiano) fue de los primeros en dudar de la Teoría de la Generación Espontánea. Realizó experimentos para demostrar que los gusanos y las moscas no surgían de la carne o alimentos en putrefacción, esto utilizando muestras en frascos abiertos y frascos cerrados. Pero sus críticos descartaron sus claros y evidentes experimentos indicando que el resultado se debía a la falta de aire en los frascos cerrados. Hubo que esperar casi tres siglos más para que en 1861, Pasteur utilizando recipientes de laboratorio con cuello de cisne (en forma de s) corroboró los experimentos realizados por Redi desterrando esta teoría del pensamiento científico.De la hipótesis de Redi se hicieron experimentos que condujeron a la formulación de un nuevo conocimiento científico. Así es como avanza la ciencia y no hay otra forma.
Sin embargo, la Teoría de la Generación Espontánea respondía con los conocimientos de su época. Afortunadamente el conocimiento científico tiene entre sus características el hecho de ser contingente, perfectible y renovable a la luz de nuevos conocimientos.El padre del Método Científico es el inglés Francis Bacon, científico graduado de Cambridge fallecido en 1626.
El Método Científico Moderno es un proceso ordenado que incluye los siguientes pasos, con algunas variantes que algunos reducen a cuatro (observación, hipótesis, experimentación y teoría/ley):
Observar es el proceso que plantea la necesidad de aplicar el Método Científico, pero es la formulación de hipótesis la que abre la llave para proceder y llegar a una conclusión que confirma o descarta esa hipótesis.Es un proceso ordenado, de acá viene el hecho de ser metódico, no permite el salto de pasos. Al final se genera conocimiento que debe, moralmente, divulgarse: “conocimiento que no se comparte, no sirve”, una frase cuyo autor desconozco pero que con frecuencia me recuerda mi esposa.
En la búsqueda de aportes que beneficien a nuestros hijos, o pacientes, o alumnos, con Trastornos del Espectro del Autismo, las hipótesis no deben incomodarnos, todo lo contrario, porque implican ahondar en el conocimiento, buscar explicaciones para hechos concretos y que esas explicaciones, en determinado momento, llegarán hasta sus aspectos clínicos y prácticos que se traducen en acciones específicas que les pueden beneficiar o descartar aquellas que no.
AUTISMO O AUTISMOS
Autismo es un concepto muy global, no muy específico. Comprende una diversa cantidad de cuadros que tienen características comunes en la denominada Triada de Wing: alteraciones cualitativas de la comunicación, alteraciones cualitativas de la interacción social y la presencia de patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta, en todo lo demás hay una variabilidad muy amplia que ha conducido al uso del término “espectro”. En tal sentido, autismo no es un término unívoco o una condición homogénea, es muy heterogéneo esto condicionado por diversidad de factores:
- Carga genética propia del individuo
- La diversidad de ambientes en los que se desenvuelven
- La interacción genes-ambiente
- Las diferentes influencias epigenéticas
- Variabilidad de comorbilidades
- Etcétera
Esta diversidad nos hace comprender que con mucha dificultad alcanzaremos explicaciones etiológicas únicas porque esas no existen en autismo. Como consecuencia de esto surge diversidad de información que en nuestra época resulta ser muy extensa y difícilmente abordable. Si bien no hay suficiente investigación en autismo, porque no hay suficiente financiamiento, la que disponemos ya es abundante y nos ha permitido conocer mucho más y ahondar en lo que hasta hace pocos años era explicado como causado por “una madre refrigeradora”. Precisamente la observación y el planteamiento de hipótesis ha alejado la pseudociencia del autismo y cada vez nos provee de más conocimientos, da más solidez a lo que sabemos y somete al escrutinio científico aquellas cosas que hacemos o proponemos como intervenciones posibles o como causas probables.
Necesitamos que la ciencia nos siga planteando hipótesis y necesitamos dar tiempo a que la misma ciencia demuestre su validez o las descarte, total, eso es lo que hacen los científicos todos los días.
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Las hipótesis son necesarias ya que permiten la mejora de la calidad de vida de las personas. En autismo, tras observación se sabe que es mejor el reforzamiento positivo antes que el castigo.