Han habido muchas repercusiones en las redes sociales referidas a los fuegos artificiales y las consecuencias en las mascotas y algunas respecto de los chicos con autismo. Lo cierto es que los resultados durante la Navidad del 2014 no varió mucho respecto de pasados años, así la lista de quemados por pirotecnia y ojos lastimados por el descorche de bebidas sigue siendo insensatamente alta.
Las personas con trastornos del espectro autista se caracterizan -entre otras cosas- por una necesidad de regularidad y los acontecimientos que varían su ambiente las perturban.
Así, son inusualmente sensibles a los cambios que las Fiestas de Fin de Año provocan: arbolitos iluminados, ambiente festivo, risas, gritos, comidas diferentes, cohetes y petardos. Como habitantes de otra cultura, la tierna imagen que tenemos de “Papa Noel”, puede representar para ellos una figura amenazante, un árbol iluminado, la señal de un peligro inminente, los regalos envueltos de vivos colores, presagios de desastre. Los fuegos artificiales que se prolongan por largas horas, son casi siempre para ellos lo más próximo a una catástrofe.
Ignoramos cuan afectados están sus sistemas nerviosos o de que manera procesan sus cerebros, pero lejos de lo que para nosotros resulta divertido, para las personas con autismo significa lo opuesto: el terror se prolonga indefinidamente y las consecuencias que van desde el incremento de comportamientos estereotipados a severas autolesiones, duran bastante más que nuestra “noche divertida”.
Seria saludable que la sociedad acotara su cuota de desenfreno pensando en las personas más vulnerables que la componen.
Seria importante que por los medios masivos de difusión se informará a la población de las tremendas consecuencias y los peligros de la pirotecnia. Otro tanto podría hacer la Televisión Pública.
Mientras tanto, padres y familiares deben proteger a sus hijos con autismo informándoles y anticipando lo que sucederá, mostrándoles refugios temporales en sus casas y enseñándoles a utilizar dispositivos -desde algodones hasta protectores auditivos- para amortiguar el dolor que pudieran sentir. En los casos de autismo severo, medicaciones sedantes y somníferos pudieran resultar apropiados.
Acerca del Autor:
Claudio Hunter Watts
Coordinador General en “San Martín de Porres”
Pretendo dar información científica respecto del autismo, principalmente el severo. CAL (conductas autolesivas) y estereotipias.
“De aquello que no se puede hablar, es mejor callarse” l. Wittengstein
http://www.porres.edu.ar/
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Hola! Soy Médico Psiquiatra y madre de un hijo de 26 años con Autismo Severo, y me alegró mucho leer este post del Lic. Hunter Watts porque al fin alguien admite la pura realidad: a veces es necesario usar la medicación principalmente en individuos muy afectados y en determinadas circunstancias cuando ni las habilidades comunicativas, ni la estructuración del ambiente y las actividades calman las auto-agresiones, agitación, destructividad o agresividad a otros.
Y también es verdad que hay personas con TEA (niños, jóvenes o adultos) a las que no les molesta ni el ruido, ni el cambio de ambiente y que disfrutan de estas fiestas.
Lo importante es analizar, conocer y comprender a cada persona en su individualidad. No hay dos personas con Autismo iguales y esto sí es universal.
HOLAA YO TENGO MI HIJA AUTISTA DE 18 AÑOS EN CASA LAS FIESTAS NAVIDEÑAS SON MUY COLORIDAD LLENAS DE LUCES,PERO VEO QUE AMI HIJA LE ENCANTA LA NAVIDAD LE ENCANTA ABRIR LOS REGALOS,PONERSE LA GORRA NAVIDEÑA Y NI HABLAR DE LAS LUCES MUSICALES INCLUSO ES ELLA QUIEN LAS ENCIENDE.RESPECTO ALOS CUETILLOS ESO LO HCEMOS EN LA CALE EN POCA CANTIDAD DENBTRO DE LA CASA NO SE SIENTE MUCHO PERO TOMARE EN CUENTA LO QUE ACABO DE LEER ,GRACIAS.