Transformando la educación especial en educación inclusiva

Hace ya mucho que se habla de educación inclusiva, de hecho más de 30 años. Pero a pesar de todo hay mucha gente que sigue hecha un lío y que no se aclara bien con lo de la educación especial, la educación integradora y la educación inclusiva. Hagamos un brevísimo recorrido histórico para poder comprender el porqué de esta evolución en la visión de los modelos educativos y por tanto del cambio en la visión de la diversidad funcional (Discapacidad).

La evolución en la forma de ver y entender la educación a personas con diversidad funcional siempre ha estado basada en las creencias predominantes de una sociedad en un momento determinado de su historia. Desde el modelo espartano de ejecución en el monte Taigeto, al modelo usado por la iglesia católica de la baja Edad Media, donde para evitar los infanticidios de pobres niños inocentes que presentaban algún tipo de malformación, se condenaba a quienes matasen a esos pobres niños, aunque en el caso de que estos estuviesen “presuntamente” poseídos, o realmente fuesen el fruto de una relación demoníaca, brujería o cualquier otras barbaridad que se le ocurriera al cura de turno, los quemaban en la hoguera o los sometían a exorcismos, por supuesto en todos los casos el niño fallecía pero con la bendición de nadie sabe quién. Es a partir del Renacimiento cuando los modelos demoníacos dan paso a una visión más médica, y empiezan a aparecer manicomios, asilos y obras de corte similar, donde el deficiente es recogido de por vida, para mayor gloria de alguna deidad. A partir del siglo XVII y XVIII, la influencia religiosa decae en pro de una visión más médica del deficiente (o tullido, o demente, o inútil, o cualquier de las diversas y horrendas definiciones de la época) y entra en programas asistenciales. Aunque a partir de ese momento y hasta las postrimerías del siglo XX la visión de la institucionalización de la persona diferente se convierte en un modelo extendido.

Sin embargo aparecen algunos momentos determinantes que inician la visión más pedagógica que la clínica en la atención a la persona con diversidad funcional. Jean Itard en Francia, cuando en 1800 inicia el trabajo con el niño feral, o 100 años después con Anne Sullivan. Pero básicamente el modelo de institucionalización de la persona siguió vigente hasta finales de la década de los 50 (aunque en España esto se alargó casi 20 años más).

Es el momento de modernizar la escuela
Es el momento de modernizar la escuela

A partir de ese momento, y a raíz de esa efervescencia económica y cultural de los 50, y sobre todo, de la obligatoriedad de la educación, aparecen muchos niños considerados en la época como “débiles mentales”, quienes hasta la fecha sencillamente no existían a nivel oficial, de hecho el número no paraba de crecer, de tal forma que incluso se pensaba que se trataba de algún tipo de epidemia. La cantidad de niños con diversidad funcional no dejaban de aumentar en las cifras oficiales (antes habían los mismos, pero escondidos), y para afrontar esa situación se transforman esos hospitales, asilos, orfanatos y entidades de corte similar, en centros de educación especial, aunque desde una visión medico rehabilitadora, más que pedagógica. Incluso, muchos de estos centros de educación especial se especializan en un tipo concreto de discapacidad. A tal grado de sofisticación pensaban haber llegado. Sin embargo, ese modelo se basaba principalmente en la deficiencia del individuo. Y todo giraba en torno a esa deficiencia. De hecho existían programas adaptados a los Down, los psicóticos, los autistas, los retrasados o los deficientes mentales, …, nunca se ponía a la persona por delante. Eran sencillamente diagnósticos que definían una o varias deficiencias que se intentaban “resolver”. Pero siempre desde la exclusión. Nunca se mezclaba a los deficientes con los normales, como si fuese algo contagioso.

Poco a poco ese modelo excesivamente clínico y rehabilitador de la persona va desapareciendo del modelo de educación especial, tornándose cada vez más importante el modelo pedagógico, pero sin olvidar ciertos aspectos medico-rehabilitadores. Sin embargo, hoy en día, los centros de educación especial, siguen teniendo al alumno excluido de la mayoría de actividades sociales, no por un deseo malvado de los responsables, sino por la propia dinámica de centro. Se sigue trabajando los aspectos individuales, aunque cada vez priman más los aspectos sociales, estando estos restringidos al entorno social en el que vive y habita la persona, es decir, que en la mayoría del tiempo son otras personas con discapacidad.

exclusion-integracion-inclusionA partir de los años 70 y 80 se empieza a implantar la idea social de que el alumno con discapacidad tiene derecho a ir al centro educativo ordinario o regular. Ya se sabe que el modelo de institucionalización de la persona con discapacidad y de educación segregadora, conduce a una vida aparte de la sociedad. Y ese proceso reivindicativo, llevado a cabo por familias y también por profesionales de la educación especial, empieza a llevar a alumnos con diversidad funcional a las aulas de los colegios ordinario o regulares, pero con matices. Y aparece el modelo integrador de la educación. Que es básicamente el llevar parte de los recursos del centro de educación especial al centro ordinario. Se crean aulas de integración, de forma que el alumno con diversidad funcional pueda compartir más momentos con el resto de alumnos.

Hay que tener en cuenta que en la gran mayoría de casos el centro de educación especial fracasa, ya que en muy pocos casos el alumno, al pasar a la vida adulta, consigue muchas de las metas básicas para un desenvolvimiento social en solitario. Es decir, que son dependientes de por vida. Tanto es así que su inclusión social en la vida adulta puede resultar muy compleja, ya que nunca tuvieron el aprendizaje social necesario. Quizá se pueda decir que tal afirmación contiene un fuerte sesgo, ya que las personas que acudían a esos centros tenían grados severos de discapacidad. Y será cierto lo del grado, pero hoy estamos viendo como cada vez más niños y jóvenes de los considerados con grados severos, adquieren un gran número de competencias, gracias a un conjunto de actuaciones, que todo sea dicho, antes no existían.

El modelo de integración adquiere fuerza y cada vez se abren más y más aulas de educación especial en centros ordinarios. Pero realmente seguimos con el mismo modelo de la educación especial, algo edulcorado, pero manteniendo dos grupos, el de los niños normales y el de los niños discapacitados. Recursos diferentes, visiones diferentes, proyectos diferentes, en suma, niños diferentes. De hecho, es común que el niño que asiste a aulas integradoras comparta tiempo con sus pares del aula regular, pero cuando realmente hay que dar determinado aspecto del currículo se le regresa al aula específica con el maestro especializado en niños diferentes. En muchos casos el niño ni es incluido ni integrado, acaba sencillamente incrustado.

Y al final, el edificio es el mismo, la puerta de entrada y salida también, pero ahí se acaba lo común. Y vemos como siguen faltando cosas. Ya con el Informe Warnock -1978, Reino Unido- aparece la propuesta de las Necesidades Educativas Especiales (NEE), que pretenden extender el concepto de atención específica a todos los alumnos que en un momento determinado tengan una necesidad de apoyo. Este aspecto también impacta directamente en el modelo de aulas de integración educativa, de hecho, mucha gente piensa que las NEE son solo para niños con discapacidad y no realmente un apoyo para cualquier niño que las requiera.

Esta categorización de alumnos por el sistema educativo deja bien claro que el propio sistema educativo es segregador y excluyente en el espíritu, en la forma y en la aplicación. Y esto nos ha llevado a la existencia de planes inadecuados basados en la discapacidad y el déficit, en apoyos inadecuados a las necesidades reales del alumno, a una mala distribución de los medios y recursos económicos, y por tanto a una traslación del fallo de la educación especial a la educación integradora. Y a su vez aparece una de las reclamaciones sostenidas por los propios profesionales de la educación. Y es que la formación a docentes es de baja calidad, incluso que la exigencia académica al docente es de las más bajas de todas. Y además vemos como la propia formación al profesorado es excluyente, es decir, preparo profesores para un determinado tipo de alumnos, de forma que ya se pretende implantar el modelo clasista en el docente. Afortunadamente la gran mayoría de docentes no caen en esa trampa, aunque deben mejorar su formación de forma individual y a su propio coste. Que es terrible, pero menos mal que la gran mayoría de los docentes se toman muy en serio su profesión.

Hoy los docentes, tanto los de educación especial como los de educación ordinaria, tienen cada vez más claro que una escuela mejor es posible. Y que el proceso de transformación hacia un modelo inclusivo es un factor base para el propio desarrollo social. Donde no es el alumno el que se adapta a las exigencias escolares, sino donde la escuela es un lugar de encuentro y de aprendizaje.

Educación inclusiva no significa que la validación de currículo académico sea más laxa, sino que éste cambia de la dimensión memorística y mercantilista actual, hacia un modelo social, holístico y reflexivo del conocimiento, donde uno de los parámetros básicos del programa educativo comparte una de las bases de la humanidad, la convivencia, pero no establecida en clanes, castas o clases sociales, sino en un modelo horizontal. De esta forma no asociamos la dificultad de un alumno a una discapacidad, sino a un error en el diseño del modelo educativo. Convertimos la dificultad en una nueva oportunidad. La diversidad en riqueza social y no en un motivo de exclusión. Pero además, conseguimos que los alumnos SIN discapacidad puedan ejercer su derecho a conocer la diversidad social, en la que finalmente viven. Según afirma Echeita “la inclusión no es la etiqueta moderna para la educación especial, ni un sinónimo de integración tal y como ésta ha venido desarrollándose en los últimos años”.

Escuela Integradora vs Escuela Inclusiva

Diferencias entre integración e inclusión según Arnaiz (2003) y Moriña (2002)
ESCUELA INTEGRADORAESCUELA INCLUSIVA
Centrada en el diagnósticoCentrada en la resolución de problemas de colaboración.
Dirigida a la : Educación especial (alumnos con n.e.e)Dirigida a la : Educación en general (todos los alumnos)
Basada en principios de igualdad y competiciónBasada en principios de equidad, cooperación y solidaridad (valoración de las diferencias como oportunidad de enriquecimiento de la sociedad)
La inserción es parcial y condicionada La inserción es total e incondicional
Exige transformaciones superficiales.Exige rupturas en los sistemas (transformaciones profundas)
Se centra en el alumno (se ubica al alumno en programas específicos)Se centra en el aula (apoyo en el aula ordinaria).
Tiende a disfrazar las limitaciones para aumentar la posibilidad de inserción.No disfraza las limitaciones, porque ellas son reales.

Obviamente este proceso transformador debe realizarse con sumo cuidado y atención. Lo del pensado y hecho, aquí mejor no lo aplicamos. El hecho real es que la desaparición de los centros de educación especial va a suceder. Lo importante es que no sea una desaparición de tipo mágico, sino llevada a cabo tras un proceso de transformación y adecuación. Y esto implica muchos cambios de estructuración y metodología, pero sobre todo de forma de pensar y entender la educación. Debemos asumir que la educación inclusiva no es solo el hecho de que los alumnos con diversidad funcional compartan aula con el resto de alumnos, es algo que va más allá; mucho más allá.

“…las escuelas deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, sociales, emocionales lingüísticas u otras. Deben acoger a niños discapacitados y niños bien dotados a niños que viven en la calle y que trabajan niños de poblaciones remotas o nómadas, niños de minorías lingüísticas étnicas o culturales y niños de otros grupos o zonas desfavorecidos o marginados.” Declaración de Salamanca – 1994

no es inclusion siHabrá que entender que la dicotomía existente en la actualidad entre docente especialista y docente generalista deberá cambiar. Quizá la respuesta no deba ser unificar o diferenciar, quizá con acercar a ambos será suficiente, de forma que evitemos esa especie de visión de un tipo de docente para un tipo de alumno. Ese proceso de revisión de los roles de los profesores implica también un modelo de formación continuada, esa vieja petición que los docentes no paran de reclamar.

En términos radicales, si debe desaparecer la educación especial, al menos el léxico, y se debe hablar sólo de educación de calidad para todos los alumnos, no tiene sentido hablar de especialistas en educación especial. En sentido mitigado, el dilema es si la educación especial debe centrarse en la clasificación de los sujetos y en las categorías del déficit (incluso en el eufemismo «necesidades educativas», derivadas de deficiencias) o en las necesidades educativas del alumno, sin hacer referencia a la causa de la necesidad.Dilemas sobre los profesores en educación especial. Francisco Salvador Mata – José Luis Gallego (1999)

A su vez, este cambio de concepto educativo es visto por el docente como un cambio de funciones del propio maestro, pasando de ser una especie de operador y supervisor de currículo predefinido, que según Cristina Alemany (Abril 2009) sería algo así como “un técnico ejecutor de las directrices prefijadas”, y de ese modelo encasillado y rígido, el docente se convierte en un arquitecto y un creativo educativo, un reto por supuesto, pero ese modelo de innovación educativa es lo que crea la verdadera esencia de la escuela. Aunque obviamente el proceso de cambio y transformación requiere de muchos más cambios.

No obstante, hay algunos aspectos que considero relevantes y que entiendo desaparecerán del panorama. Por ejemplo: Los alumnos discapacitados ya no podrán ir gratis en la visita anual al zoo, porque ya no darán pena. Ninguna familia volverá a ser declarada como problemática por no doblegarse a un dictamen educativo segregador, y ya no volverán a decir que esa familia es problemática porque no quiere aceptar el diagnóstico de su hijo. No se usarán diagnósticos como predictores de futuro. No se volverá a considerar a los niños como robots programables y sujetos a error, tanto de procesamiento como de fabricación. Ningún docente podrá decir que nadie le formó para atender a alumnos diferentes. La administración educativa no podrá poner trabas al ingreso a una escuela de un niño con diversidad funcional, ya que todas las escuelas serán válidas para todos los alumnos. Los alumnos no aprueban o suspenden, adquieren conocimientos. La escuela prepara al alumno para la vida, no para desempeñar un empleo de forma obediente. Se acabará categorizar alumnos, como si de simple mercancía se tratase.

Al final esto es muy simple. Este proceso se va a dar, y es la petición mayoritaria, tanto desde los profesionales de la educación como desde las familias. Por supuesto hay gente cuyo proceso evolutivo intelectual se quedó fosilizado hace mucho tiempo y entiende que esto es malo, o que es un peligro. Bueno, desde cierto punto de vista es malo y es un peligro, pero solo para los intereses económicos que se mueven alrededor de la educación especial y para quienes obviamente de una forma u otra se aprovechan de esta mercantilización exagerada de la educación o para aquellas personas (son pocas pero las hay) que ven en su hijo un problema que debe ser atendido de forma específica. Y para esta gente una sociedad inclusiva es mala y es peligrosa. Pero para todos los demás es bueno. Para los alumnos en su totalidad, para los profesionales de la educación, para la sociedad, y también para las arcas del Estado, ya que el modelo de educación inclusiva es más viable económicamente que los cócteles educativos que tenemos en la actualidad, que además de caros son malos.

Y ciertamente se podrá someter a un millón de críticas esta exposición, que si no se ajusta a la realidad (a la de alguien en concreto), que si el sistema en realidad no es tan malo, que si el modelo de integración es buenísimo, o que si hay que defender al educación especial por algún tipo de motivo anacrónico y rancio. E incluso se podrá afirmar que esto es un discurso radical. Aunque a mi modo de ver lo radical es cuando una madre y un padre se quedan helados al ver como su hijo es rechazado de un colegio regular por ser diferente, o cuando se le cambia el dictamen educativo y se le expulsa con deshonor del colegio para mandarlo a un centro específico, donde afirman “estará mejor atendido” ¿qué pasa, que donde está no quieren atenderlo como merece? Radical es cuando un alumno llega a los 16 años y apenas sabe escribir su nombre y todo lo arreglan diciendo que tiene discapacidad intelectual y que es todo lo que puede rendir el chico. Radical es cuando unos padres acaban en la desesperación absoluta porque saben que su hijo está siendo discriminado por su discapacidad. Radical es cuando un muchacho acaba atado a la cama de un hospital porque el sistema educativo fracasó.

Creo que un mundo mejor es posible, y una de las formas de trabajar para ese mundo mejor es tener una escuela mejor. La escuela es lo que modela la sociedad del futuro, es nuestra responsabilidad decidir qué futuro queremos. La educación y la inclusión también son una cuestión de derechos humanos.


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20 comentarios en «Transformando la educación especial en educación inclusiva»

  1. muy buen artículo y punto de vista, pongo mi esfuerzo y corazón en que este tipo de puntos de vista se generalicen, Creo que hablas de cosas indiscutibles,

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    • Flor, te rogaría que no metieras a todos los maestros en el mismo saco. Yo soy maestra de Inglés, no de Educación Especial, pero en mi colegio hay varios niños con TEA, además de Síndrome de Down, X frágil, cromosomopatia 21q11 y otros trastornos. Es cierto que no estamos formados, pero la mayoría queremos hacerlo lo mejor posible. Por eso sigo ésta y otras páginas a través de las redes sociales, porque quiero aprender. Y no sólo la teoría, si no la realidad de las familias, de los problemas reales.
      Respecto a la inclusión, es a lo que en mi Centro aspiramos, pero con tanto recorte de personal humano, es muy difícil.
      El maestro de PT o AL tiene unas horas concretas para cada niño. Y por ley, el apoyo ordinario en el aula sólo se puede hacer en Lengua o Matemáticas. ¿Qué puede hacer un maestro cuando uno de estos niños está pasando por uno de esos momentos en que requiere toda la atención y tiene a otros 24 más pendientes de su compañero y de él, estando absolutamente SOLO? ¿Y cuándo es en un espacio menos controlable como el pabellón de deporte ?
      Por cierto, ayer entregamos los premios de un concurso de fotografía donde no se sabía el nombre del autor al votarlas, y el primer premio fue para un niño de tercero con autismo. A su tutora se le saltaron las lagrimas .

      Gracias por poder expresar mi opinión y por todo lo que aportáis. Enhorabuena a las superfamilias que estáis luchando por vuestros niños

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  2. La inclusión mal entendida como está ocurriendo con la nueva ley de educación en España puede causar grandes problemas en nuestra sociedad. Se ha pasado a usar el término inclusión educativa como medio de recortes de profesionales y dejar a los acneaes en una situación muy precaria puesto que eliminan a especialistas sin formar adecuadamente a tutores y demás profesorado, los cuales en muchos casos desconocen las necesidades de éstos chicos y no saben cómo han de trabajar con ellos. Muchos hay que por desgracia siguen negándose a tenerlos en sus clase. En mi opinión hay q hacer las cosas bien y es muy importante el trabajo de informacion y sensibilización que en la mayoría de ocasiones no llega y el cual es imprescindible para provocar cambios en la sociedad.

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  3. A mi me dijo la orientadora, que mi hijo había entrado en ese colegio por que se les había colado , que pensaban que era como el resto.

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    • Tenemos una pelea dura y larga porque desafortunadamente vivimos en un mundo en donde todas las culturas nos enseñan la discriminacion en nuestra sociedades con tal de que siempre exista el miedo, la division, la ignorancia y el estereotipado.
      No dejes que esto te afecte negativamente. Usa esta oportunidad para instruir a estas personas con literatura apropiada y vervarmente sobre diferente discapacidades para asi reducir su ignoranica, la apatia y el comportamiento de esterotipo.

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    • Estos niños son dignos de admiración, no las etiquetas de la disfunción. Si alguien es disfuncional, son los sistemas que no están acomodando la continua evolución de la especie humana. Si la vergüenza los niños con etiquetas, o les medican a la sumisión, habremos menoscabado un regalo del cielo. Vamos a aplastar una civilización antes de tiempo tuvo que tomar raíces.

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  4. Hola Daniel. Soy maestra de Educación Especial ( o de Pedagogía Terapeutica) y los nombres o etiquetas me sobran. Una escuela inclusiva es posible si tod@s los que formamos parte de ella así lo creemos y luchamos por que sea una realidad. Yo así lo siento, pero hay mil obstáculos que me lo impiden : l@s compañer@s no cambian sus metodologías, se quejan de que no saben tratar ACNEES… pero no se forman. Otro problema : las intenciones hay que llevarlas a la práctica, pero llenan papeles en documentos de centro y ahí se quedan. ¿Entrar en un aula a trabajan con el/la tutor/a?, es mi deseo ,pero no se hace realidad.
    Conclusión : trabajar en un centro específico es algo que prefiero, mientras no cambien las cosas, que lo dudo. Y centros, hay muchos, pero los que yo conozco, forman a los alumnos para la vida adulta en la medida de lo posible, dentro de su entorno. Más apoyo y colaboración entre los centros sería ideal.

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    • Soy directora de una escuela de educación especial,trabjamos muy arduamente en integración , pero en Nombre de los derechos en medio de un sistema educativo que no es inclusivo los niños sufren y quedan en el forcejeo de quien tiene la razón.
      Además los centros se han convertido en un negocio que ofrecen a los padres un combo ,tipo cajita feliz y lamentablemente , estafan su dolor .
      Respetar los derechos es que cada niño haga la trayectoria educativa que necesita.
      Los padres y los niños sufren mucho en esta mentira de meterlos a la fuerza en un sistema ,y una sociedad que no ha cambiado.

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  5. Excelente artículo! soy fonoaudiólogo de Chile y un entusiasta en que las escuelas inclusivas comiencen a aparecer luego! en cada reunión que hay en la escuela donde trabajo trato de explicarles los cambios positivos que aparecerían si empezamos con la inclusión, pero bueno, los docentes dicen no estar preparados, que no podrán hacer clases, etc, etc. Creo que la base es empezar por ahí, modificar desde ya las bases curriculares de las carreras de pedagogía porque las especializaciones para los actuales docentes no serán suficientes! Saludos!

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  6. Señor Comín: los aspectos que deberían desaparecer del panorama, que usted muy bien expone, deberían estar grabados a fuego en cada escuela y en todas y cada una de las instituciones que tienen algo que ver con la educación. El inconveniente es que hay una mentalidad viciada, encorsetada, aparte de interesada.
    Este modelo no sólo es percibido muchas veces como malo y peligroso, sino también como imposible, al menos por gran parte del personal educativo. Y lo digo con lágrimas en los ojos cuando leo y comprendo cómo habrían de ser las cosas y lo que nos encontramos. Mi hijo, con autismo de alto funcionamiento ha sido “invitado” a abandonar unos estudios de formación profesional, porque “no disponemos de recursos para él, no estamos preparados para atenderlo, se sentiría más cómodo en otro tipo de estudios, debería dirigirse a un centro más especializado en sus “peculiaridades”, la decisión es de ustedes pero aquí no hará nada… y bla bla bla”, Y esto no es lo único ni lo peor que nos ha pasado. O sea que así estamos, helados.
    Gracias por su artículo, a ver si lo leen unos cuantos “profesionales”.

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  7. Caundo me entere de que mi hijo Sal tenia autismo senti un dolor tan grande en el alma. Pero aun ante un momento tan dificil, doloroso, caotico, tome una actitud positiva y de esperanza y mas aun cuando me entere que los mejores lugares para ayudar a educar mi hijo son privado y cuestan al rededor de $95,000 US dolares.
    Enfrento mi dolor con mucho amor, paciencia, compresion porque mi pequeño me necesita y el necesita protesion, cuidado, y mucho amor, besos y abrazos.
    Mi meta es ayudar ami hijo a desarollar habilidades que le permitan comunicarse y expresar sus deseos para poder relacionarse con las demas personas y una escuela de niños con discapacidad de aprendisaje no le va a ayudar (que va a copiar de los otros niños).
    Ahora mismo no tengo dinero para la educacion de mi hijo pero si tengo un poquito de dinero para las clases de natacion, clase de esquetrian, y clase de musica y las cuales le han ayudado muchisimo. Yo le enseñe a leer y casi a escribir y solo tiene 4 añitos mi proximo paso es rentar padres con niños que no tengan ninguna discapacidad de aprendisaje para que le enseñen a mi hijo a jugar y a interactuar con las demas personas.
    Yo boy a ser el programa que mi hijo necesita sin tener que perder el alma, la dignidad, ni el amor ni la esperanza por la humanidad en el intento.

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  8. Excelente. Esto es la escuela inclusiva. La escuela de todos y para todos. Por suerte mi hijo acude a un centro donde aplican realmente políticas de inclusión. Tiene su apoyo específico, pero existen dinámicas de trabajo en grupo, niños sin discapacidad para trabajar habilidades sociales, dinámicas de patio para enseñar a jugar a los niños con discapacidad… Cada uno tiene su espacio, que es el de todos.

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  9. Sentí un nudo en la garganta, pues me e dado cuenta de que la escuela de mi hijo es integradora y no inclusiva, pues tiene clases individualizadas y solo tiene contacto con otros niños en el comedor y en él receso. Y es frustrante, desalentador y triste cuando te dicen q’ no sabe comportarse ni convivir con otros niños, como¿…. Si no le dan oportunidad. Mi hijo tiene ya casi ciete años, y sus maestras me dicen q’ es muy difícil trabajar con el, q’ tal vez no tenga autismo sino retraso mental, q’ será muy difícil enseñarle algo. Pero yo ya le e enseñado a escribir su nombre, sabe sumar y restar cantidades pequeñas claro, se le hace más fácil hablar ingles q’ español. Woow es un duro trabajo el q’ tengo con mi hijo, pero no imposible. Mil gracias a “Autismo Diario” no se imaginan cuanto me han ayudado con sus artículos.

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  10. Reciba Daniel Comin una felicitación por su excelente artículo, muy claro y bien fundamentado, lo voy a compartir con profesores y alumnos de Educación Especial, que en Mexico están confundidos porque la Dirección General de Educación Especial se transforma y ahora pertenece a Educación B{asica.

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  11. SOBRE LA ESCUELA INCLUSIVA
    Este es el enlace http://pol301203.blogspot.com.es/2014/10/escola-m-exclusion-o-segregacion.html a la entrada de mi blog de un abuelo con dos nietos con TEA. y la Escuela Artur Martorell (Badalona) qué está (censurado) el nombre en el “post” a petición de mis hijos, por el gran revuelo y quejas a los padres de parte de dirección del centro, cuándo lo han leído, con amenazas de denunciarme (que paso, asumiendo todo lo que digo y aceptando posibles responsabilidades)…!
    Y dirección tiene la poca vergüenza de decir que si no nos gusta el colegio que nos vayamos, eso sí es ético en algunos maestros profesionales de la enseñanza y (funcionarios)…!!! L’avi Manel

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  12. Un buen ejemplo, más allá de la inclusión: las interactivas individualizadas socialmente significativas que articula El Pelouro, un centro único en España para enseñar y educar desde todas las dis-TINTAS-capacidades, aprendiendo y siendo desde la riqueza de las diferencias.

    Un lujo para Todo Niño:

    http://vimeo.com/opelouro

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