Este artículo tiene más de 4 años
Fue publicado el 22 noviembre, 2013
La ciencia está en constante evolución, por lo que los artículos más antiguos pueden contener información o teorías que han sido reevaluadas desde su fecha de publicación original.
Los autores del trabajo son Warren Jones y Ami Klin, del Centro Autismo Marcus de Atlanta, Georgia.
Los dos investigadores estudiaron 110 niños desde su nacimiento, 59 de los cuáles tenían mayor riesgo de autismo, por tener un hermano mayor diagnosticado (1 de cada 5 de estos niños desarrollará un trastorno del espectro autista) y otros 51 sin esta condición. El seguimiento se hizo en 10 intervalos regulares a lo largo de los siguientes dos años y se mostraba a los niños fotos de cuidadores y se usaba un aparato que permite seguir la mirada y un software que permite analizarlo y cuantificarlo. Se empleaba también una actriz que en un vídeo hacía arrullos y jugaba a las palmitas.
Los bebés tienen una disposición natural para establecer contacto visual. Miran más a los ojos que a cualquier otra parte de la cara y miran más a la cara que a cualquier otra parte del cuerpo.En los niños que desarrollan autismo la búsqueda del contacto visual es menor.
De los 59 niños con alto riesgo de autismo, diez niños y dos niñas habían sido diagnosticados con TEA, al igual que un niño del grupo de bajo riesgo a los tres años de edad. Entre los dos y seis meses de edad estos niños miraban menos a los ojos y mantenían menos tiempo esa mirada. Antes de ese plazo, unos y otros, diagnosticados y no, miraban igualmente a las fotos de sus cuidadores. Cuanto más acusado era el declive en la fijación de la vista mayor era la anomalía en los aspectos sociales y de comunicación a los dos años de edad. Por tanto es posible desarrollar un análisis cuantitativo que permita predecir tanto el autismo como el nivel de discapacidad social.
Los autores del artículo consideran que puede existir una ventana abierta para intervenciones tempranas, una época en el desarrollo postnatal donde se puede conseguir una detección más rápida de los niños afectados y actuar con tratamientos mucho antes de nuestra situación actual. Es posible también que este estudio nos permita conocer mejor cómo es la evolución del autismo en esas primeras épocas del desarrollo cerebral postnatal.
El número de casos estudiados es relativamente pequeño por lo que la siguiente fase debe ser ampliar el estudio y poder comprobar si una disminución en el contacto visual predice con exactitud el desarrollo de autismo.
Para leer más:
- Jones W, Klin, A.(2013) Attention to eyes is present but in decline in 2-6-month-old infants later diagnosed with autism. Nature http://dx.doi.org/10.1038/nature12715
- http://www.nature.com/news/autism-symptoms-seen-in-babies-1.14117
Esta y otras más informaciones de gran interés podéis leerlas en mi blog personal UniDiversidad. Observaciones y pensamientos.
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Buenas noches, quisiera saber exactamante el concepto de Autismo y el Sindrome de Asperger, y tambien el Trastorno del Espectro Autista y si un niño diagnosticado AUTISTA tienden a no poder depender solo sin ayuda de otras personas, y si ellos se orinan y se hacen pupu solo, que si no saben controlar las efimeres.
En relación al comentario de Nélida, pienso lo contrario: tenemos que buscar los signos de autismo lo más temprano posible, estar alertas e intervenir. Cambia el pronóstico definitivamente y mejora la calidad de vida del niño y su familia.
Obviamente es muy difícil establecer el diagnóstico tan temprano como antes del primer año pero se puede indicar que hay ciertos aspectos del desarrollo que requieren seguimiento e intervención. Muchos niños en quienes tempranamente se sospecha TEA cambian de diagnóstico en el tiempo, pero la mayoría siguen teniendo un problema del neurodesarrollo.
Signos más característicos como los patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta suelen aparecer de manera más tardía.
Quienes deben ser más vigilados son los hermanos de niños diagnosticados de TEA.
Yo creo que es un buen aporte y debe continuarse en la investigación para detectar signos lo más temprano posible porque esto permitirá implementar intervenciones oportunas, se puede mejorar el pronóstico.
El contacto visual e interés en el rostro humano son evidentes en los primeros días de vida. De hecho el poco contacto visual es uno de los datos más recurrentes en el análisis de videos familiares de niños diagnosticados con TEA más tarde en la vida.
Me parece un horror decir que un niño de dos meses puede tener un menor contacto visual con el otro si en ese momento de su desarrollo se encuentra en absoluta dependencia de la mirada y de la palabra del sostén materno. Este “breve” estudio según su autor no tiene en cuenta y desresponsabiliza a las personas madre….cuidadores de esa ..etc….de el cuidado de un niño en pleno desarrollo visual oral afectivo que solo podrá desarrollarse si los mismos son responsables de posterior resultado de esta estimulación.Basta de buscar “autismo” en edades cada vez más tempranas y informemos ayudemos….responsabilicemos a los adultos que depende de “ellos” el futuro de los niños.Lic Nélida Ortega