Jacob y el guitarrista

Jacob es un niño de ocho años que vive en Lawrence, Kansas (EE.UU). Jacob tiene autismo y ceguera. Tyler Gregory es un cantautor que adora tocar en la calle, corresponde al perfil de quien vive por y para la música. Y hasta aquí esta historia no tendría nada de particular, sino fuese porque el día 13 de mayo pasado, Jacob, que paseaba con su madre por el centro de Lawrence, se sintió atraído por unos sonidos que le cautivaron. Y esos sonidos eran el sonido de la música de Tyler mientras interpretaba una de sus canciones.

Jacob se acercó al músico callejero, mientras con su cuerpo seguía el ritmo de la música. Tocaba la guitarra para sentir mejor las vibraciones de la misma. Para sentir la magia que la música, ese lenguaje universal, inundaba su joven cuerpo. La musica nos transmite sensaciones, aunque en este caso, fue el joven Jacob quien las transmitió a Tyler. Esa es la magia que a veces ocurre, en el momento menos esperado, es la magia de las emociones, de la comunicación en su nivel más puro, la comunicación de las emociones.

Cuando un niño con autismo y ceguera se acerca a alguien desconocido, atraído por algún impulso que no siempre es fácil de comprender, se establece un vínculo muy fuerte, como un estado de catarsis. Tyler Gregory nos relata lo que sucedió en su web, qué pasó cuando Jacob se acercó:

“Cuando Jacob se acercó me sentí emocionado de que un niño se acercase a oír mi música. Sin embargo, la mayoría de los niños se acercan a mi por curiosidad. Pero esta vez me sentí abrumado por tanta energía. Cunado puso su mano sobre mi pierna fue algo muy fuerte, tanto que lloré mientras cantaba. No fue porque fuese ciego o tuviese autismo, fue por una conexión que nunca antes había sentido y que me es difícil de explicar…. Me recordó lo poderosa que puede ser la música entre dos personas. Y también me recordó que nunca debemos dar nada por seguro, para la mayoría de nosotros nuestro día a día es fácil. Por tanto, yo ese día, simplemente, me fui a mi casa con una gran sonrisa y una historia para contar a mis seres cercanos”

Cuando en alguna parte del mundo sucede un momento de comunión así, entre un niño y un desconocido, nos damos cuenta de que un futuro mejor es posible.