Silvia I. Quirós Alvear – Esta maravilla de cuento, titulado “La cebra Camila”, es uno de mis últimos descubrimientos publicado por la editorial Kalandraka. La obra es de Marisa Núñez junto con ilustraciones de Óscar Villán, quién fue ganador del Premio Nacional de Ilustración de libros infantiles en 1999.
Ya que hemos hablado mucho de cuentos y cortometrajes que quieren mostrar personas y niños con discapacidad, en general, y con autismo, en concreto; me apetecía escribir y enseñaros uno de los cuentos, que como venimos comentado anteriormente también se han realizado en vídeo, que se suele utilizar para que precisamente estos niños, de los que tanto queremos concienciar a la sociedad, aprendan ciertas características de los objetos y las personas que les rodean. Aprendan, no solo a leer, que ya de por sí es una habilidad muy importante, sino también a desenvolverse como seres autónomos.
Esta publicación tiene dos características importantes que hacen que sea un gran álbum para este tipo de niños. Se trata de una Cebra que, al perder sus rayas por una ráfaga de viento, tiene que irle pidiendo como favor a los animales que se va encontrando por el camino, que le consigan una raya nueva: una serpiente, un caracol, un arco iris, una araña, etc. De tal forma, podemos observar que siempre es muy rutinario y pautado, teniendo un problema y una meta que conseguir, lo que nos ayuda a establecer una secuencia ordenada temporalmente y así poder saber que ocurre antes y qué ocurre después. Además, la forma en que está narrado permite que, casi, casi, nos aprendamos de memoria el guión no teniendo que leer continuamente lo que va a ocurrir, sino que podamos anticipar lo que viene después, aunque sea un animal diferente al anterior. Por tanto, con ello tocamos puntos de referencia en el autismo que van a hacer que sea un cuento idóneo para ellos. Por otro lado, la segunda de las características que quería mencionar, es que pone mucho énfasis en los sentimientos y en la expresión de las emociones, por parte de la Cebra Camila. De nuevo, al ser una de las principales dificultades de los niños con TEA, nos permite reforzar y hacer hincapié en las limitaciones que puedan surgir. Obviamente, al ser un cuento para niños, no nos podemos olvidar de que también existe la posibilidad de repasar otro tipo de conceptos, como son los números los colores y los animales, junto con otros que dependen de cada niño en particular.
Por supuesto que no es el único cuento que puede servir para comenzar una historia de aprendizaje y comunicación con un niño con TEA, pero ha sido uno de los que más me ha sorprendido porque, al estar expresado en un lenguaje natural es muy fácil de comprender y explicar, es decir, no porque estos niños tengan un problema de comunicación y expresión se les sigue tratando como a bebés. Cumple dos funciones importantes y es que no solamente puede utilizarse como parte de un entretenimiento en casa, sino como forma de trabajo también. Me ha sorprendido su atractivo y amenidad, por los mágicos dibujos como podréis imaginar, además de su singularidad a la hora de leer puesto que termina siendo un cuento que, aunque redactado para pequeños, acaba siendo el preferido de todos los mayores.
La Cebra Camila:
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